donde las respuestas sólo
son la reverberación de eco.
Pérdida de la inconsciencia,
en la nave del deseo,
excusas que pesan como
plomo derretido sobre la conciencia.
Los fantasmas se visten con los sudarios,
que quedan en los remordimientos
y vuelven, apostados y escondidos
en cada uno de los recuerdos,
que tratamos de olvidar, sin conseguirlo.
Las páginas de una vida, no se pueden arrancar,
están cosidas con el grueso hilo,
tejido con cada una de las experiencias,
los recuerdos son huellas imborrables,
que quedan impresas en la memoria
y todos los errores y aciertos,
emergen y flotan, como cadáveres
del pasado, que nos susurran al oído
en un presente, que tratamos de negar
y nos impide ese paso necesario
hacia ese futuro que rueda inevitablemente,
hacia nosotros.
Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito." Zuhaitz"
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