jueves, 21 de septiembre de 2017

¡Préstame tu pañuelo!

Un pañuelo prestado

y en unas gotas de sudor, 

dejo la sal de mi cuerpo 

en un blanco escenario 

e imprimo las sensaciones,

que el calor deja con su huella.


Un pañuelo para guardar una lágrima,

o unas monedas, tan pequeñitas 

como mis ambiciones.

Un pañuelo para envolver ese anillo

que me regalaste y que traté sin conseguirlo,

de lucirlo en mi dedo corazón.


Guardé en él, todas las tristes despedidas,

ha sido el blando muro, que siempre detuvo

mis inoportunos estornudos 

y a la vez retuvo celosamente 

el aroma de tu perfume.


Bordado de recuerdos y momentos 

que huyeron despavoridos,

por temor a envejecer con el tiempo.


Un pañuelo, tu pañuelo,

guardado en mi bolsillo, para conservar

todos los matices que lograron sobrevivir,

a pesar de no estar ya presente,

solamente en mi corazón y mi memoria.


Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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