martes, 5 de septiembre de 2017

Un café en una tarde de otoño

Se deshacen las palabras al igual 
que el hielo del café que estoy tomando.
Un dulce aroma impregna el ambiente 
y van descendiendo las temperaturas.

El otoño va entrando con paso lento 
y una melancolía se cuaja como 
gotas de lluvia, en las hojas secas.

Se siente una ebriedad de colores,
que van tiñendo los montes, 
bajo los dorados rayos de sol
y las sombras del atardecer.  

La piel se aseda con las palabras 
que se mecen en susurros en los oídos
y los amantes encuentran en sus labios,
el dulzor del azúcar que se derrite
en el fondo de sus tazas.

Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"

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