el buen hacer, se pierde el espíritu
de cooperación y las colmenas
se asemejan más a las prisiones,
que los hogares.
La sangre se coagula ante la frialdad
de quienes levantan sus pies, por encima
de los cadáveres que dejan a su paso.
El aceite resbala desde una esponja
y cae en el agua pura, lo difícil
es beber sin llevarse un mal trago.
Lanzo piedras a las ventanas
y nadie sale sorprendido
para ver qué pasa.
La luna es de papel maché y se moja
en el mismo lago, donde ahogamos
tanto las penas, como las ilusiones.
Bajo el susurro de la brisa,
divagan los pensamientos.
Posiblemente amanecerá y el día
trenzará las horas
con algunos acontecimientos buenos
y otros... no tan buenos.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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