domingo, 23 de agosto de 2015

Acariciándote

Te amo rotundamente,
me declaro cómplice de la noche
y de las caricias, apenas percibidas,
dada su suavidad.

Si no existiera el amor, lo inventaría.
Una ilusión mantiene esa energía y esperanza,
ese darse y expandir tu ser hacia otro ser,
ámbito celeste de dos almas unidas en un abrazo.

Piel rozando otra piel, como destino último,
conjunción de cuerpos desnudos, sin una frontera,
sin ropa que incomode el contacto íntimo.

Fluir hacia ti, río desbocado del cauce,
entre la humedad de mis ojos en la emoción 
y el profundo beso que cala hasta los huesos.
Inundar tu ser, no ya físicamente, sino en la médula,
hasta el fondo, para hallar tu alma.

Acariciarte con la mirada, con la voz,
con mis dedos de suave plumaje,
porque no sé llegar hasta tu alma,
si no es a través de tu cuerpo.

Escrito en Agosto 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"








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