miércoles, 26 de agosto de 2015

La inocente Niñez

Una presencia cristalina,
sonrisa diáfana, cascabel,
donde la inocencia
 salta alegre en cascada
de dientes blancos o gotas de rocío.

La pureza en flor, tierna nube,
algodón dulce sobre el cielo 
de unos ojos que sueñan
amaneceres brillantes,
como promesas de amor.

La niñez es blanda y se moldea,
se adapta a todos los juegos,
en sus alas blancas cabe toda la ternura
y descienden los ángeles, para hacer corro.

A esconderse tras las flores,
porque en ese mimetismo,
no hallaréis, sino belleza.
No existe noche de angustia,
cuando tanto amor se cuaja
en un cielo, con mil estrellas.

Dulces sueños y nanas,
al calor del pecho abierto de una madre.
Aves hermosas y tallos verdes,
que acaso el tiempo trastoque sus alas 
o endurezca su cuerpo, tornándole leñoso.

Que no toquen su alma pura,
que la blanca inocencia deje por siempre
su eco sonando armonioso
en nuestros oídos.


Escrito en Agosto 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"











No hay comentarios:

Publicar un comentario