y piel morena.
Enamorando un Sol sarraceno,
que por tu amor, huye de su boca
el suspiro hasta las cumbres.
Paraíso perdido de un reino moro,
una lágrima amarga de destierro
y desesperanza, para quien tuvo
todo en sus manos
¡ Y ya no supo guardarla!.
Honda pena, que recuerda el Sacromonte,
escondido como una tristeza hecha taranto.
¡Qué descuido, Boabdil!. Las guitarras gitanas,
suenan a duelo, a llanto desgarrado.
El aire es cálido y el día cae bajo el alfanje,
iluminando en rojo sangre toda La Alhambra.
El toro viste su piel de luto en la plaza
y el torero busca su suerte,
entre la vida y la muerte.
Escrito en Agosto 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
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