espejos bajo la lluvia
y un sabor añejo
a nostalgias de otros tiempos.
Variopintos personajes,
aves de paso, movidos por la curiosidad,
buscando en rincones olvidados,
la mitología que se respira en el aire,
pero tan sólo se adivina.
Como abrir un viejo arcón
o baúl olvidado en el desván de la memoria.
Se descubre otras emociones, otros sabores olvidados,
recetas antiguas de paciencia y larga conversación.
Calles empedradas de viejos pueblos,
abiertas hacia plazas de encuentro
o puertos con sabor a salitre.
Se cala la humedad del tiempo
en las fachadas de tus casas,
silenciadas por la ausencia
de tus antiguos moradores.
Se cuela el aire renovado
en tus estrechas callejuelas,
encontrándose hermanados lo antiguo y no nuevo.
Escrito en Agosto 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
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