martes, 18 de agosto de 2015

Decir la verdad sin decir

No todo se puede abrir
y es una persecución 
entre la voluntad y el deseo,
entre lo que queremos
y lo que necesitamos.

No todos los armarios tienen
la misma cabida, ni todas las palabras 
tienen en mismo significado.
Hay fronteras marcadas con tiza
y rejas que se cierran en los adentros.
 
Cada cual busca en los bolsillos,
lo que no encuentra en los cajones,
porque su memoria tiene agujeros de polilla,
en el uso inadecuado o el descuido.

Cuanto más cerca de todo, más lejos de uno mismo
y a decir verdad, aunque pueda parecer contrario,
también un excesivo brillo, impide ver con claridad
las cosas mediocres, pero cotidianas.

Me gusta decir la Verdad, sin decirla,
porque el juego está en descubrir, donde se esconde
o bajo qué apariencia se manifiesta.

Escrito en Agosto por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".







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