ese espejo, donde te veía bella
y veía una bondad, tal vez fingida.
El tiempo se llevó su azogue
y con el, la ilusión que me llenaba,
por la cual me sentía enamorado.
Sin esperarlo, de pronto, un adiós,
sin apenas palabras, ni explicación
y un deseo de quererme apartarme
de tu vida, totalmente.
Tu indiferencia y falta de apoyo y comprensión,
han sacado a la luz lo peor de ti,
que antes yo no veía.
He gastado todas mis lágrimas y tu crueldad es tal,
que aunque no te odio, no puedo perdonarte.
No has sido justa conmigo, ni me has ayudado
a procesar tu abandono.
Me ves ridículo, cuando te lo dí todo
y te centras en tu propio egoísmo.
La vida te dará lo que mereces y llorarás,
sólo que esta vez, no estaré a tu lado,
ni para consolarte, ni para enjugar tus lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario