en mis atardeceres fríos, sin un beso en mi boca,
con que alimentar el amor que di.
Pájaro triste, enredado en el espino,
sin apenas plumas, con la ilusión
perdida en el fondo de mis retinas.
Con el pecho hundido de tanto amar
y llevando mi voz, a un eco sin respuesta,
enmudecido.
Alegre en mis trinos, para que nadie sepa
de mi dolor, porque a pocos les puede importar,
tan sólo soy una voz perdida, un clamor
o un corazón huérfano,
sonido apagado o lamento último,
en resumida llama que se va apagando,
como la luz mortecina del día,
al caer la tarde recostada ,
en una media luna, que anuncia
la inminente noche.
Escrito en Diciembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
Publicado en el poemario:
" Calles desiertas de la esperanza". ISBN: 978-84-15176-65-7
Depósito Legal: BI-701-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario