el gélido soplo de la ausencia y tu mirada quedará,
como un recuerdo perdido en el fondo
de tus ojos.
Ojos marchitos, carentes de virtud,
porque un día negaste al amor
y miraste en otra dirección,
mientras las lágrimas rodaban
hacia el vacío que dejaste en mi alma.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario