jueves, 29 de septiembre de 2016

Lluvia, emoción celeste

La lluvia nunca fué mansa, si el frío  acompaña 
su descenso en la tierra.
Nubes de emoción y añoranzas,
pinceladas grises, sobre un lienzo amarillo.

La lluvia ríe, murmura, se implica y cala,
hasta tu corazón ardiente.
La lluvia borra las huellas, pero no, los recuerdos,
que emergen, como humo en la chimenea.

Gotea sobre la memoria, como lágrima
de ojos perdidos, entre las páginas
de un viejo libro o un álbum de fotos,
que recuperamos del viejo arcón olvidado.

Escrito en Septiembre. 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"

No hay comentarios:

Publicar un comentario