cuando sabes, que lo sé.
Produces una hormona maloliente,
cuando mientes y descerrajas tu boca,
Para esgrimir la espada de doble filo
de tus palabras.
Te busco y encuentro en el narcótico sueño,
de una razón fingida, basada en anémonas,
que mueren en las aguas estancadas,
de tus falsas emociones.
Bebí de tu cuerpo, el manantial del deseo,
pero me has convertido en el lobo,
que devorará tu carne, mientras duermes,
ajena al dolor, los gritos y el llanto.
El infierno te abre las puertas y esta vez...
¡¡¡No voy acompañarte!!!.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz".
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