de mis cosas olvidadas,
tantas veces entregada,
que otra vez, al fin, no puedo.
Reparé muy bien la valla,
por restaurar el vergel,
corazón perdido, aquél
que en el amor no se halla.
Remendado en el dolor,
de quien te procura el daño,
no hay mal, que dure cien años,
pero se agota el amor.
Que tantas veces vertido
y siendo tan ignorado,
no habrá el dolor superado,
si no se siente querido.
Que para amar se ha nacido,
no para hallar tu interés,
si su realidad, no ves,
el mundo te habrá aborrecido.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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