condenados, por las palabras que negaron.
Cadáveres lívidos, porque el sol les sigue molestando,
al igual que los cordiales saludos.
Se huele la mezquindad de sus bocas calladas
y todas las muertes negadas.
La ignorancia es la expresión de la muerte,
en el hedor del total desconocimiento.
Cadáver, que no escuchas las palabras
que te han de resucitar.
Muerte estúpida e innecesaria.
¿Porqué tus oídos se llenan de la tierra húmeda
de las tumbas abiertas, bajo la lluvia?.
¿Porqué no rompéis vuestro silencio,
con un grito a la vida?.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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