martes, 13 de septiembre de 2016

En nombre del amor soñado

Un beso, el sabor de una boca,
que ofrece la miel de la vida en sus labios.
La dulce saliva, que embriaga los sentidos
y fluye como arroyo fresco, bajo un tibio sol.

He bebido de tu boca y en mi mente,
volaron todos los pájaros de la aurora.
No sabría decir que es más agradable,
si el sabor de tu boca o el de tu sexo,
cuando derramas ternura, pasión 
y te agitas en el orgasmo, como una hoja
mecida por el viento.

Todo tu cuerpo es un altar, consagrado al amor,
naciste entre los pétalos de un suspiro
y como una flor te abres a la calidez de mi boca,
que extasiada, recorre tu cuerpo, como nave
que surca un río, en busca de la vorágine 
de los rápidos y la calma distendida de tus aguas vertidas,
en cascadas de placer.

Hay un brillo en tus ojos, que emula un atardecer,
prisionero en un corazón amante, en espera
de que la noche, guarde su fulgor y su secreto.
Sueño con besar tu boca y tu sexo y buscar un eclipse,
donde el día y la noche se funden en un abrazo,
para perpetuar ese instante de profundo y sincero amor,
que lentamente me mata, para encontrar la vida 
entre tus brazos.

Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".

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