¡Qué poca vergüenza!
Dejar que nos venza
lo que se anunciaba.
De todos sabida,
es la consecuencia,
la frágil conciencia,
no entiende la vida.
No ve en el respeto,
un futuro cierto,
si dejas por muerto,
tu espíritu inquieto.
Si no contemplamos,
que el hogar es meta
y nuestro planeta,
no lo conservamos.
Que no hay más anhelo,
ni argucia, ni ardid,
que alzar la nariz
para contemplar el cielo.
.
Dejar que tu corazón,
disfrute de la certeza,
de ser la naturaleza,
la causa de tu emoción.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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