haz el amor, tantas veces como
late tu corazón.
Estás rotundamente vivo
y necesitas expresar tu pulso,
porque hasta en la noche más oscura,
las estrellas tienen pulsación y brillo.
Perderse entre la nebulosa de seda,
de unas sábanas, para encontrarse
enredado en otro cuerpo,
iluminado por el brillo de unos ojos,
que fulgen en la oscuridad.
El tiempo y la edad, desconocen la misericordia
y sólo queda un breve espacio a la ternura,
si los frutos del amor, han madurado lo suficiente.
Escrito en Septiembre 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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