la esencia más fragante de la rosa,
nuestra senda es austera y pedregosa
y con arduo dolor lo soportamos.
Duele vivir, aunque no lo consintamos
y formemos nuestra idea en otra cosa,
pretendiendo hacer la vida más hermosa,
aunque a veces, sin pensar lo equivocamos.
Deshojamos sin piedad la margarita,
que antes del amor toda ilusión,
carecía de sentido, si no amamos.
En esta vida estamos de visita
y habrá que hacerle caso al corazón,
que a veces su latido no escuchamos.
Escrito en Mayo 2016 por Eduardo Luis Diaz Expósito. "Zuhaitz"
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