domingo, 22 de mayo de 2016

La esencia de Logroño

Albacea de la uva, fallecida
y desangrada en vino.
camino de encuentros  y concordias.

Un sol sobre la tierra roja,
madura esa voluntad de sabor,
hecha sonrisa, tras encerrar en cristal,
la conversión del mosto en vino.
Milagro de la entropía de la luz 
que madura la vid...y la sombra,
donde duerme,  en el interior
de un vientre de madera de roble,
un caldo joven, esperando su gestación.

Como un genio de cuento, toda su magia,
quedará atrapada en una botella.
Hasta que una mano descubra, sus aromas
y sienta su cuerpo vibrante, 
paseando libremente en su paladar
y embargando sus sentidos.

Logroño, hecha de sol y lágrima de sangre,
útero de conciencia de tiempo.
De resumen de ceniza y sabor de intensos momentos,
abrazos de tierra y nubes sobre un horizonte,
de ermitas de piedad y fiesta estival de vino.

Cascabel  del viento y nido de cigüeñas,
que picotean los recuerdos y  se alargan en la memoria,
calles de piedra y nostalgias.

Escrito en Mayo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"



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