mi vida siento crecer,
igual que un amanecer
despuntado en la alborada.
Mi corazón se engrandece,
de tu amor estoy henchido
y el compás de mis latidos
en su ritmo, lo agradece.
Amor puro, sin fronteras,
sueño de amor deseado,
todo lo que hube soñado
en una lánguida espera.
Siempre quise, en la emoción,
dedicar mi vida entera
y a quien ame, que me quiera,
pues suyo es mi corazón.
No quiero la muerte fiera,
que se esconde en la traición,
quiero que de tu razón
surja ese ser que me quiera.
En el amor todo he dado
hasta quedarme desnudo,
si lo que pudiera ser, no pudo
ser todo lo que he deseado...
Al menos, quiero, en verdad
que tu alma sea buena,
para redimir la pena
de una triste realidad.
Quiero amarte y yo no miento,
aunque en el amor me ciegue,
no seas tú quien lo niegue
en su claro nacimiento.
Vivo para amar, ufano,
porque en el amor, yo creo
y sin en tus ojos lo veo,
lo tomaré entre mis manos.
Escrito en Mayo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario