me censuran lo que hable
y me encuentro en mi camino,
sólo el alambre de espino.
Cuando pones corazón,
sólo ven mala intención
y en una singular porfía,
la gente va y desconfía.
Tu alma dejan maltrecha,
porque sólo se aprovechan,
de verte con ilusión
y rompen tu corazón,
sin importar que su daño,
dure un día o dure un año.
Si vuelves a caminar,
o te acaban de enterrar,
sin haberlo merecido
en el más absurdo olvido.
Y me pregunto, en verdad,
si estoy viviendo un infierno,
en este tiempo moderno,
igual que una enfermedad.
Escrito en Mayo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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