son el alcance de nuestros pasos.
Colores sobre una paleta, que vamos plasmando,
dependiendo de la luz, con la que iluminemos
cada escena.
Cuadro vivo de nuestra semblanza,
de todas nuestras pequeñas muertes
y resurrecciones.
De los apegos y los primeros amores,
del niño que fuimos o el adolescente,
que aún permanece fresco en nuestro
inmediato recuerdo.
Pinceladas y retazos, con sombras y luz,
tal vez la niebla y las densidades,
de algunas imágenes, borrosas,
como si de un manotazo, quisiéramos
hacerlas desaparecer.
Somos la esencia del ser que somos,
nunca lo que fuimos. Encadenados a la rueda,
giramos en torno a nuestros deseos
y vamos dejando atrás, distintas proyecciones
de nosotros mismos, que como sombras,
van quedando en el camino,
en este paso por la vida.
Escrito en Mayo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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