viernes, 13 de mayo de 2016

Resolviendo la acritud de la tristeza

Descarnado de ti y en carne viva,
tuve por ti el corazón,
por tu agravio y tu traición
y por tu actitud lasciva.

Sin razón y sin motivo
y con un beso traidor,
le diste muerte al amor,
por eso pienso y lo escribo.

Y me vence el corazón,
nos creemos invencibles,
bajo una vieja Ilusión
es sentirse imprescindibles.

Pero nada es duradero,
ni se prolonga infinito,
a las pruebas me remito,
sin trucos en el sombrero.

Todo se va y todo vuelve,
nada es fijo, es mutable.
¡Perdóname que  te hable,
mientras esto se resuelve!

Escrito en Mayo 2016 por Eduardo luis Díaz Expósito."Zuhaitz"

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