lunes, 11 de enero de 2016

Aprendiendo de los recuerdos

Los recuerdos debieran ser
de papel amarillo y blandos,
caramelos guardados en los cajones
de la memoria.

Con los perfiles limados,
para evitar cortes en el alma,
al rememorar situaciones vividas.
Nada debería alterar la calma de la superficie,
aunque haya algunas turbulencias
en el fondo.

La vida coge filo con el paso del tiempo
y aunque no es nuestro próposito,
podemos herirnos o herir a otros,
es difícil mantener el equilibrio,
cuando se está en la cima,
limitamos el espacio, hasta para nosotros mismos.

El egoísmo es una piedra sujeta
con una fuerte cuerda a nuestra cintura,
dependiendo de la fuerza que la arrojemos
a los demás, así volverá, hiriendo nuestra realidad.
Díficil tarea, vivir sin herir y saber que se ha vivido,
sin nadie que quede herido.

Mira hacia atrás en tus recuerdos, siempre habrá algo
que se pueda mejorar. Aceptación, conciencia y perdón,
para devanar el hilo de tu vida, 
sin que tus acciones y  hechos se enreden
y enreden a otros, en nuestro  caminar.

Escrito en  Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito." Zuhaitz".






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