y enfatiza, asiste a la expresión de los ojos,
para poner tilde y aseverar la intención guiada.
Compañera de las manos que crecen en el plumaje,
entre dedos abiertos o cerrados, agitados abanicos
de un temblor que del alma emerge.
Masticando palabras y sellando silencios,
besando constancias para evitar ausencias
o recuerdos póstumos.
Verborrea, donde la razón pone el ritmo pausado,
para que el pensamiento no se pierda
en caminos escabrosos.
Apertura del espíritu y altavoz, en el cual
plasmamos el manifiesto e ideario,
que rige nuestras vidas.
Puerta o ventana a la supervivencia, en donde
el alimento se procesa en dinámico aliento de vida
y el corazón, pone en los labios la palabras más bellas
y más terribles.
Boca, para besar, alimentar, bendecir con palabras
o masticar el odio infundido.
Para afirmar o negar y exhalar el último aliento,
para sellar tristezas vestidas de silencios temerosos
o para fundir en otros labios,
el deseo innato de perpetuar el amor...
En un beso.
Escrito en Enero 2016 por a Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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