son granizos y gotas de lluvia,
que se estrellan contra el cristal de una ventana,
por confundir su clara transparencia,
con la naturaleza cristalina del agua.
Hay reflejos que mienten su naturaleza,
por no conocer su estructura
y damos por hecho su realidad,
sin averiguar su procedencia.
Agua y cristal, lágrima o vidrio cortante.
Caminos de ceniza o tierra
y una mancha de arcilla o barro
sobre el cristal empañado
de nuestra existencia.
Disfrazada realidad, ante el biselado
de nuestros temores.
La resolución no es la solución,
pero si la espada forjada en nuestro carácter.
Los errores son maestros
de nuestros próximos aciertos
y todo dolor es pasajero y mutable,
más fácil de llevar en los bolsillos
que los pesados fracasos.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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