y el ánimo sentido, aguacero
de soledades e ilustraciones,
pintadas en gris.
La suerte y el destino, no se encuentran
en el fondo de una botella.
El suicidio próximo, es la encarnizada batalla,
entre la razón y el desvarío.
La vida, no siempre tiene los raíles derechos
y los surcos del arado los enderezamos
con la fuerza de nuestra conciencia.
Las coordenadas coinciden, sólo a veces,
cuando los compañeros de camino
se encuentran a nuestro paso
y no dificultamos ese transitar por una misma vereda.
Nadie sabe porque enredamos la madeja,
que vamos devanando a lo largo
de nuestra vida.
Un golpe de voz y el ritmo acompasado
del remo, para navegar con la fuerza necesaria
y el timón cogido con fuerza con ambas manos,
mientras nuestra mirada alcanza
con las últimas luces de la tarde,
el horizonte soñado.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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