desde que viste la luz
y extiende un negro capuz
en toda vida que empiece.
La muerte cabalga sola,
a lomos de tu destino,
sin detener su camino
entre trigo y amapolas.
Vive de pie su momento
y espera siempre al acecho,
traza su surco derecho,
la vida le da sustento.
La muerte esgrime su sable
o su guadaña afilada
y aunque nunca es deseada,
también es inevitable.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario