la frescura de tallo tierno
y la suavidad de seda,
que de tus manos adivino.
La gracia de tu cuerpo,
duna movida por los vientos
de la ternura.
Tu blondo cabello, de trigo y miel
y esa boquita por la cual
toda palabra la conviertes
en belleza o beso prometido.
Eres un sueño, para quien busca
dar al poema el contorno
de una mujer.
Mis manos son torpes,
al contemplar tanta belleza,
tanta ternura, esculpida con tanto amor,
en la orografía de tu cuerpo.
Tienes el don y la magia
en la sensualidad de tu palabra
y crece una hoguera en la imaginación
de quién contigo sueña.
Mujer vestida de amor y seda,
evocación de un paraíso soñado
y prohibido por los dioses.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"
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