sábado, 16 de enero de 2016

La soledad innata, que lentamente mata

Nadie ocupa mi cama y en verdad,
me acuesto con mi pena y mi soledad.
En lo profundo de mi ser,
mi mente sabe, que nada es perdurable,
todo es un devaneo coqueto del destino,
una argucia, en la cual, nada es tan real
como imaginas.

Lo que imaginas es perfecto,
pero en la realidad, un ojo es tuerto,
nos perdemos en ilusiones que queremos creer 
y no admitimos, que esto no pueda suceder.

No amamos fuera de nosotros mismos,
guiados por interés y el egoísmo.
Mentiras que engordan y desde su caudal
se nos desbordan, vivir el día a día con desamores,
sepultando así, nuestros valores.

Estamos olvidando nuestras verdades,
que ha de dar la forma a nuestras realidades.

Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"

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