brotando de los ojos, se van al cielo.
Las nubes son suspiros, que ya han volado
y se quedaron lejos, sobre los tejados.
El cielo en su tristeza, al ver que sube,
no aguanta la emoción entre sus nubes
y al contemplar la tierra, como es su dama,
el lágrimas de lluvia se nos derrama.
El cielo triste y gris, en su congoja,
a la estéril tierra, la baña y moja
la tierra lo agradece, se siente deseada
y al beso de humedad será fertilizada.
Los bosques crecerán con sus semillas,
llevadas por la brisa, fresca y sencilla.
la tierra gozará de sus placeres,
buscando una respuesta en los amaneceres.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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