dado que nos movemos por mimetismo
y copiamos el comportamiento del enjambre,
por el simple hecho de no parecer diferentes.
Olvidamos que la individualidad es
lo que nos hace únicos e irrepetibles
y es en esa diversidad, donde se encuentra
nuestra riqueza.
No basta una voz autoritaria, para cambiar
la idiosincrasia de un libre pensamiento,
ni mermar la voz que sale de lo más profundo
de nuestro ser.
El vuelo comienza, no cuando las alas
completan su plumaje, sino cuando sabemos
que somos capaces de efectuarlo.
La libertad comienza con saber decidir
qué hacer con nuestra vida y decidir
la dirección que estimamos correcta,
aún cuando podamos estar equivocados.
Libertad es saber que podemos, sin perjuicio de nada,
ni de nadie, respetando para poder ser respetado,
pero defendiendo la posición que decidimos tener
en nuestra vida.
No pertenecemos a nada, ni a nadie...
Sólo a nosotros mismos y cumplir nuestros sueños
y tratar de mejorar el mundo, comienza
con la convicción de que es posible
y podemos hacerlo.
Escrito en Enero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito ."Zuhaitz".
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