tiene que saber,
que su buen hacer
al finar termina.
Que no hay patrones,
ni reglas o algoritmos,
no caben razones
que marquen un ritmo.
Tan sólo el variante,
que muta con la edad,
que no hay mayor verdad
que la que está delante.
Que deja en la conciencia,
el ritmo de la vida,
juventud suicida,
nacida en la impaciencia.
El tiempo y la edad,
nos vuelven huraños,
el paso de los años
y la enfermedad.
Escrito 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito." Zuhaitz"
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