contemplo pasar la vida
y me detengo en su huida,
porque correr, ya no puedo.
He de sentarme y pensar
en el tiempo que me queda
y hacer todo cuanto pueda,
si aún lo puedo mejorar.
El compromiso es mejor,
si busco la complacencia,
que con tino y con paciencia
se construye con amor.
En un presente muy duro
pongo piedra sobre piedra,
trepando como la hiedra
hasta alcanzar el futuro.
Un futuro, cuyo emblema
brille con el claro empeño
de conseguir ser su dueño,
para vencer su problema.
Problema, que aun siendo ajeno,
se forja, cual soldadura
y toda salpicadura
de su metal, es veneno.
Por ello, mi decisión
es de gran envergadura
y va creciendo en altura,
segura de su ascensión.
Poco te puedo ofrecer
¡Hijo, mi herencia no es mucha!
pero he de romper la hucha,
para ayudarte a crecer.
Te daré un amanecer,
que brille en ti cada día,
es mi ilusión y crecía,
al verla, que al florecer...
Hoy eres hombre, en verdad
del cual me siento orgulloso,
por tu porte bondadoso,
por tu gran honestidad.
Desde ésta, mi habitación
donde escribo poesía,
despertaré cada día
con esa misma ilusión.
Ver que tu sueño es real
y tu futuro es mejor,
que todo a tu alrededor
conforma un mundo ideal.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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