firme su surco, entre un campo de minas.
Nadie puede masticar la dura realidad,
si ha perdido sus dientes.
La atrocidad de los tiempos, no sólo está
en los hechos que marcan
a los seres humanos,
con leyes que esclavizan, sino también
en la apatía que produce
un conformismo aceptado,
cuando damos por hecho que es
el curso natural de una evolución,
sin pensar que es una involución
hacia un futuro incierto y que la libertad
no es un regalo, sino un derecho.
Nadie puede aceptar una realidad
contraria a unos principios elementales,
que hacen, que el ser humano
trascienda en la brutalidad de las guerras
y termine por fin, la explotación del hombre
por el hombre.
Nadie puede ascender a las esferas
más amplias de la comprensión, si la ética
es una olvidada asignatura
y la fiebre de poder va en aumento,
provocando la desertización
de las ideas fructíferas, necesarias
para generar un mundo habitable y en paz.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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