no duermo, no tengo sueño
y me siento tan pequeño,
que el pensamiento me atrapa.
La noche queda en mis cejas
sobre un ojo sorprendido,
la luna al fin ha salido
y siento cómo te alejas.
Absorto y mudo, en silencio,
medito sobre este día
y a lomos de mi alegría,
mi fiel tristeza presencio.
Gris y azul, es esa nube
que oculta el sol de mi dicha
ahora toca mover ficha
y escapa un suspiro y sube.
Mi boca se cierra al canto
y retorna el alma mía
al sentir melancolía
con humedades de llanto.
Es alegre mi cabeza
y también mi corazón,
pero al perder la ilusión,
me invade una gran tristeza.
Atrás quedó aquel pasado
y olvido cada ocasión,
pero es como un escorpión
del que aún no me he librado.
La vida es a veces dura
y en algún instante pierdo
al regresar un recuerdo
con su letal picadura.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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