yo nunca fuí suyo,
fue sólo un murmullo
de flor carmesí.
Nunca ha sido mía,
ni suya siquiera,
hizo que muriera
toda mi alegría.
Era una agonía
que vistió de luto
mi amor en tributo
por melancolía.
Fue un rayo fugaz
de débil destello
y aunque fue muy bello
sólo fue un disfraz.
He sido un durmiente,
pues iba creyendo
que un amor consciente
no acaba muriendo.
Dada su negrura,
pude comprobar
que no puedo amar
con tanta amargura.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario