salvar.
Es ese abismo que nos separa
por el vértigo inexplicable a caer en el olvido
o dentro de los engranajes de la rutina.
Es por el temor a sentirse encadenado
por unos brazos, cuando el propósito
es transmitir el calor que brota del alma,
esa calidez que fluye a través de los poros.
No se trata de robarte energía,
sino de fundirnos y descubrir
la inigualable sensación de desprenderse
en otra persona y a la vez, vibrar al unísono,
cuando cuerpo y alma se sintonizan
en el diapasón de la armonía.
Hay un espacio entre tú y yo,
que ha de ser franqueado, para sentirnos uno,
cuando nos proyectemos como átomos
de energía y amor, sobre el vasto universo,
en una maravillosa vibración
de sonido y luz.
Ahora somos Uno. Yo existo en ti
y tú existes en mi.
La perfección es exacta e indivisible.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario