viernes, 11 de septiembre de 2020

Los hombres también lloran.

Llora aunque se desborden tus lágrimas.
Llora para descongestionar la pena
que anida en tu pecho, la emoción,
que de puro gozo, llega a dolerte
en el alma.


Llora para celebrar la vida. 
Que tu llanto caiga en perlas que se engendran
en los suspiros, 
dando forma a tus sentimientos .

Llora porque eres agua, mar, río 
o afluente que huye a las nubes 
y retornas, besando a la tierra 
con húmeda ternura.


Llora, cuando un abrazo te libere
de tus amarras, en el solitario puerto 
en que te hallabas.
Llora a la nueva vida y a la suerte.
Llora en el infortunio y a la muerte.


Llora para que el llanto te reconozca 
y te nombre.
Para que te coja de la mano,
para que te sientas humano 
y por lo tanto... un hombre.

Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario