aún si el camino es largo,
si fue dulce o ha sido amargo,
se detiene el paso y cesa.
Útero de vida, hogar,
vacío por nuestra ausencia,
recobrado en la indulgencia,
que queremos disfrutar.
Bajo del monte o la sierra,
otras aguas, otro mar,
imagen que ha de borrar,
como una huella en la tierra…
La ansiedad que nunca pasa,
al sentir la cercanía,
por fin ha llegado el día,
de poner un píe en tu casa.
Quedando de pie, mirando,
si todo en su sitio sigue,
imparable, te persigue
el tiempo, que va pasando.
En el regreso, a la tierra,
posas un beso sincero,
que borrará el aguacero,
como un eslabón, que cierra.
El retorno siempre eterno,
volver de nuevo al hogar,
cansado de caminar,
como volverse a engendrar,
volviendo al claustro materno.
Tierra madre, donde nace
todo impulso, toda vida,
punto desde mi partida
y lecho, donde se yace.
Epitafio a señalar:
Aquí yace un ser humano,
que después de caminar,
ha regresado a su hogar,
que Dios le estreche su mano.
Escrito en Agosto 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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