el mar, como refugio de la pena,
cuando todo se vacía y nada llena
al alma en soledad, que se destierra.
El agua de la lluvia es lo que quiero,
que llueva y sólo arrastre la penuria,
que llueva ya sin ira, mas con furia,
que caiga sin cesar ese aguacero.
Qué limpie de tristeza a este mundo
y vuelvan a volar las mariposas,
qué llegue la alegría, por dichosa
y cale en nuestra alma, más profundo.
Amor de dulce tacto y agradable
que quiera generarse por costumbre
y sea como luz, que siempre alumbre,
que nadie ha de sentirse miserable.
Escrito en Agosto 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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