el amor, odio o rencor,
el asombro de una flor,
mi obligación y derecho.
Mi pecho tiene cabida,
para todo el sentimiento,
que brote en ese momento
decisivo de mi vida.
Se enreda y no se desmembra,
lo que de ti he recibido,
desarrolla su sentido,
conforme a lo que se siembra.
Si sembraste amor, me halaga
crecerá sobre mí el anhelo,
de alcanzar contigo el cielo,
y no es necesario, que haga…
un esfuerzo adicional,
porque el amor es ligero
y es todo cuánto pido y quiero,
que nada es accidental…
si se pone la intención
en esa finalidad,
porque no hay mayor verdad,
que anide en mi corazón.
Mas, si es esa desazón,
del odio, que en mi has sembrado,
sin duda has equivocado,
el motivo de tu acción.
La misma capacidad
tengo, si estoy amando
que puedo tener, odiando,
si traicionan mi verdad.
Nunca perdono el engaño,
la infidelidad se siente
y me trastorna quien miente
haciéndome enorme daño.
Y tal vez, no baste un año,
para sanar mi memoria,
y quitar toda esa escoria,
aunque te parezca extraño.
Porque el mal tiene raíces
arraigadas en el alma,
cuando se rompe la calma
y te tocan las narices.
Todo en mi pecho me cabe,
tu siembra habrás de elegir,
sólo pretendo vivir,
con quien de la vida sabe.
Nada es ajeno, ni encoge,
sobre el suelo que has pisado,
todo lo que hayas sembrado.
será lo que se recoge.
Escrito en Agosto 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario