que tienen la ligereza de la espuma,
que el mar recobra desde sus profundidades.
Bajo el hábito de un monje, se esconden
las arañas, temerosas de ser descubiertas
y desprovistas de la carne de otros insectos,
que celosamente guardan
en las telas de araña, que cuelgan del techo
de la sacristía.
Alguien, con su lengua, totalmente suelta,
apuñaló su propia vergüenza y fue acusado
del crimen de asesinar su intimidad.
Ahora su instinto asesino continúa
y se dedica a matar…solamente
el tiempo que queda entre las rejas
o el que se esconde detrás de las manecillas
de su reloj de pulsera.
Escrito en Agosto 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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