un vuelo de golondrinas, que trazan en el aire
el esbozo de tu sonrisa.
Una permanente hiedra, nos envuelve
con su verde frescura de agrestes besos
y un fluir de humedades, desprendidas
de las cálidas ternuras,
abre un hueco entre tus labios, para beber
unas palabras de amor, antes de que vuelen
desde tu boca y aniden en mis deseos.
Desde mi mudez y absorto, me expreso
con gestos y caricias, batiendo el silencio
y mis labios se derriten en miel
sobre los tuyos.
No sé decir: Te amo, con mi boca,
cuando su labor es sellar la palabra,
sobre toda tu piel y erizarla,
como madura mies acariciada por la brisa.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
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