pensó en un amanecer
y así creó a la mujer,
y la otorgó un don profundo.
Pues en su cálido seno,
engendraría una vida
y así le fue concedida
la luz en su vientre pleno.
Dios obró su maravilla,
bendiciéndola en su nombre,
la mujer engendra al hombre
y no fue de una costilla.
Fue en su entrega en el dolor
y en toda dedicación
que surgió en su corazón,
como fruto de su amor.
Por ello, pido respeto
y empatía en los deberes,
ama siempre a las mujeres
y el milagro está completo.
Quien respeta a la mujer
y la escucha y la comprende,
de su Ego se desprende
y eso le ayuda a crecer.
Porque no hay acción más bella,
que buscar en la igualdad,
el amor y su verdad
ya que nacemos de ellas.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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