lunes, 12 de octubre de 2020

Soñar rotundamente despierto.

La noche es rotunda en su profundidad
y el cielo se cierra en un solo guiño,
los sueños son eco en la voz de un niño,
que busca un futuro de prosperidad.


La noche es azogue en la luz inquieta,
ánimo que brota desde una estrella,
rauda luz, acaso fugaz centella,
que el niño recorre en su bicicleta.


De su oscuridad, descorre el telón 
del teatro, que es por su corta vida,
obra tan breve, como entretenida,
creando un mundo en su imaginación.


La noche derrite la luz cenital 
y el amor levanta de nuevo su vuelo,
un sonoro beso, estalla en su cielo 
recogiendo flores en tu delantal.


La noche es eterna para quien sueña 
y desea ver su sueño cumplido,
pues para soñar, no hay que estar dormido 
aunque tu ilusión, creas que es pequeña.


Escrito 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






No hay comentarios:

Publicar un comentario