por la ronca chimenea
y por el aire, alardea
haciendo bruma en anillas.
La cabaña en la montaña,
aparece solitaria,
la montaña es milenaria,
roca de una noche extraña.
Entre silencios sujeta
un vendaval triste y frío,
tan sólo el rumor del río
canta en su corriente inquieta.
El bosque en sus soledades,
guarda en sombras de misterio
un silencio, que en su imperio
lo reviste de humedades.
El bosque en sus ramas cierra
un secreto bien guardado,
la lluvia cae en el tejado
y va empapando la tierra.
El humo se ha vuelto denso
y en la montaña azulada,
la cabaña iluminada
adquiere un matiz intenso.
El día al fin se querella,
la noche su luz apaga
y en esa penumbra aciaga,
hay una brillante estrella.
La luna baña la roca
de una montaña, que vela
como su fiel centinela
con el silencio en su boca.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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