miércoles, 28 de octubre de 2020

Góthica.

Contemplad mortales, el paso de la historia,
a pesar de temerme y tratar de ignorarme.
Observad el medioevo y ved los carros 
de los labriegos, acarreando cadáveres,
para ser purificados entre las llamas
de un ardiente fuego infernal.


La Peste camina descalza, sin hacer
el más mínimo ruido, pero pronto 
el silencio se desgarra en el aire, 
con lamentos emitidos desde las doloridas 
gargantas.


Ved como el día cae herido mortalmente 
bajo el alfanje de una luna, cuyo filo plateado 
se muestra, tras ocultarse entre tétricas nubes,
negras como las almas en pena, que yacen 
en el fondo de un pútrido pantano.


Siempre estuve presente, desde vuestros 
nacimientos...y mucho antes.
Me culpáis de vuestras imprudencias,
pues sabed que no hay mayor imprudencia,
que vivir en la ignorancia de una muerte cierta.


No os agitéis en una agónica pena 
o en una tristeza que empañe 
vuestras miradas.
Pasead sin embargo por los cementerios,
hallaréis una paz, que sobrecogerá 
a la ruidosa sofisticación de una vida 
desordenada.


Lejos del boato del lujo y la apariencia 
mundana y sacrílega.
Os doy la paz eterna,
 que sólo podéis conseguir con la violencia 
de las guerras.
Os doy un beso frío, húmedo y profundo 
y vuestros párpados se tornan sarcófagos 
que se cierran a la luz.
Tan sólo una infinita calma de silencios,
prevalece durante los siglos,
sumergidos entre vuestros temores 
y vuestros olvidos.

Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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